27 agosto 2018

Abuela






Te fuiste como se marcha el verano,
repentina como el mes de septiembre,
sin aviso previo, sin despedida.


Un halo de tristeza envolvía el cielo
mientras el ataúd viajaba lentamente
como si quisiera no llegar a su destino.


Tras de ti quedaron las huellas eternas,
las palabras llenas de sabiduría
el cariño entregado cada día
la sonrisa más sincera conocida,
la mirada de una abuela muy querida.


Desconozco si los pájaros callaron,
por instantes se paró el tiempo
por siempre en mí se instaló tu recuerdo.


Contigo partió un amor sin condiciones,
momentos, vivencias, detalles...
que mi alma guarda bajo mil llaves.

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