13 noviembre 2017

Tu pena









Se me clavó una lágrima en el pecho
al oír tu voz apesadumbrada
cargada de silencios por los años
hundida al quebrarse sus alas.

Se anudó la garganta al oír tu queja
con esa voz ronca, antaño clara y serena
ahora sombría, a veces ajena
contemplando un tiempo sin tregua.

Murió mi alma completa
al saber vivas tus penas
de la mano que acunaba sonrisas
con la delicada fragancia de una caricia.


Sí, se me quedó dentro tu pena




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