26 septiembre 2017

Llamas en mi tierra












Ardió mi tierra
enegreciendo el alma
entre columnas de fuego
que dañan, que matan
nublando nuestras miradas

Lloramos todos
sin derramar lágrimas
cruel la impotencia
que nos embarga
ante nuestra isla calcinada.


Gritaron los pinos
mientras sus raíces ardían
corrieron los animales
asustados, aterrados
pues sus dueños marcharon.


Se rompió el corazón canario
apareciendo el aguacero de la suerte
como un rayo de esperanza
recordando nuevamente
la fortaleza de este pequeño continente.


Olvidarlo es imposible
se colapsa nuestro interior
las llamas se instalan en la mente
pero bajo las cenizas se escucha
el resurgir de nuestra Gran Canaria.


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