23 noviembre 2017



Sigo en mi intento por descubrir nuevos poetas, hoy le toca a Leopoldo Panero, les dejo un poema suyo. Iré dejando más poemas de él y de otros. Hoy les dejo con su propio epitafio, un poema que me sobrecogió.






Epitafio

Ha muerto
acribillado por los besos de sus hijos,
absuelto por los ojos más dulcemente azules
y con el corazón más tranquilo que otros días,
el poeta Leopoldo Panero,
que nació en la ciudad de Astorga
y maduró su vida bajo el silencio de una encina.
Que amó mucho,
bebió mucho y ahora,
vendados sus ojos,
espera la resurrección de la carne
aquí, bajo esta piedra


(extraído de la antología "Memoria del corazón")


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